Gadafi, que ya tendrá que dar cuentas ante el Tribunal de Justicia Internacional por crímenes contra la humanidad, deberá explicar qué suerte han corrido los 1.200 hombres y mujeres encontrados en una fosa común cerca de la prisión de Abú Salim, en Trípoli.
La prisión de Abú Salim es la más tristemente conocida las prisiones utilizadas por el dictador para encarcelar a los opositores políticos y en ella les torturaba de manera sistemática. Fue en este tétrico lugar donde, en 1996, más de 2.000 presos fueron asesinados, según diferentes informes y denuncias de organizaciones defensoras de los Derechos Humanos.
