Las tropas israelíes no han dejado de bombardear la franja de Gaza en toda la noche. Según información del propio Ejército, se han atacado más de un centenar de objetivos de las “milicias palestinas”, como, según define Israel, “silos subterráneos de lanzamiento de cohetes, túneles terroristas y almacenes de armas”, además de edificios usados por terroristas como centros de comando y control, así como “diez túneles utilizados como escondrijos operativos de Hamás”.
Debía de ser en estos “objetivos militares’ donde se escondían los cuatro miembros de una misma familia murieron en el bombardeo contra una vivienda de la localidad de Beit Lahiya, en el norte de Gaza. Eran Fouad Hiyazi, sus dos hijos, Suhahib y Mohamad, de 2 y 4 años, y su esposa, Amna, lo que hace que las víctimas civiles palestinas desde el comienzo de los ataques sea ya superior a las 110 personas.
En este mismo ataque en el que murieron Hiyazi y toda su familia, resultaron heridas otras 13 personas, incluidos dos bomberos y un sanitario, cuando realizaban labores de rescate.
En otro bombardeo en Rafah, en la frontera con Egipto, resultaron muertos dos hermanos adolescentes, Ahmad Tawfiq y Muhamed Al Nasara, de 17 y 15 años, mientras que 14 personas fueron heridas, dos de ellas de gravedad.
Israel bombardeó también lo que calificó como “una institución financiera en el norte de Gaza utilizada por Hamás para financiar su actividad terrorista”, el Banco Islámico Nacional de Gaza, que paga los sueldos a los 35.000 funcionarios de Gaza.
Al tiempo que se desarrollaba esta ‘ofensiva’, que acerca cada vez más los métodos isrealíes a los nazis, el presidente Obama, el mismo que obtuvo el Premio Nobel de la Paz hace cuatro años, ha ordenado a tres de sus barcos de guerra en el Mediterráneo poner rumbo al este y acercarse a Israel por si es necesario evacuar a ciudadanos estadounidenses en los próximos días ante la escalada de violencia en la región.
