ANTONIO ALBALADEJO/Más de 200 muertos. Esa es la cifra de víctimas en las revueltas que se están produciendo en Libia, según ha dado a conocer la ONG Human Rights Watch. Según noticias de última hora, los enfrentamientos se han recrudecido en Benghasi, donde los opositores a Gadafi han tomado el aeropuerto, y se han extendido a la capital en cuyo centro está ardiendo el Ministerio de Justicia y un anexo al Palacio de Gobierno. Ayer Saif al Islam Gadafi, hijo del dictador libio, tras desmentir, como se había señalado a última hora de ayer, que su padre haya huido a Venezuela, ha adelantado que el Congreso General del Pueblo se reunirá este lunes para discutir una “agenda de reformas”. “Tenemos dos opciones: o actuamos todos unidos para aprovechar esta oportunidad e introducir reformas o nos hundimos en el caos“, ha dicho Saif al Islam, al tiempo que ha advertido de la existencia de un “complot internacional” para derrocar a su padre.
El hijo de Gadafi, llamado a ser su sucesor, ha advertido en un tono amenazante que el líder libio “no es Mubarak ni Ben Alí“, en referencia a los ex presidentes de Egipto y Túnez, respectivamente, que fueron derrocados por las revueltas populares y, tras asegurar que el país corre un serio riesgo de guerra civil, ha asegurado que respaldará a su padre como “el líder de la batalla de Trípoli” y luchará para garantizar el orden y la seguridad “hasta que el último hombre se mantenga en pie“.