Galicia Sucesos

184 ancianos muertos en residencias con deficiencias denunciadas a la Xunta durante años

Según los datos de la Xunta de este jueves 16 de abril, 184 personas han muerto con coronavirus en residencias de mayores de Galicia hasta la fecha: los 3 últimos hoy mismo.

De acuerdo con estos datos, difundidos por la Consellería de Sanidade, de los 412 fallecidos con coronavirus en Galicia casi la mitad vivía en una de estas residencias en las que, además, se han producido poco menos de la cuarta parte de todos los contagios por COVID-19 registrados en Galicia: 1.378 en total– 956 de ancianos, 27 de ellos en las últimas 24 horas, y 422 entre el personal de estos centros que son, mayoritariamente, privados-.

La Xunta conocía las deficiencias de las residencias

Escasez de personal, en algún caso en “exigencias cercanas a la explotación”, con “horarios intasumibles“, en condiciones laborables “lamentables cuando no tercermundistas”, se exponían en la mayoría de las denuncias que se presentaron-algunas de las últimas a finales de enero de este mismo año- ante la Consellería de Política Social.

A ellas se añadían, insisten trabajadores de tres centros, situaciones de riesgo, como el hecho de que hubiese noches y fines de semana en los que, en algún centro “sólo estuviese una enfermera y dos auxiliares para más de 150 residentes”, incluso, en un caso, “una sola persona con otra localizable por teléfono”.

También se plantearon denuncias por falta de ajuares, de vestuario desechable, productos de aseo; por retrasos en la valoración de residentes, cuya situación de autonomía y movilidad no se adecuaba a la que se nos comunicaba”;  desperfectos en las instalaciones; incidencias en los protocolos de actuación y funcionamiento; servicios carentes de personal adecuado, “o directamente sin el mismo”, pese a los anuncios de los centros o problemas de salubridad y falta de higiene, “son conocidos los casos de aparición de garrapatas y pulgas” .

Ante todo esto, “no hubo actuación más allá de alguna inspección que acababa con recomendaciones que se ignoraban o se iban posponiendo”. o “en casos ya muy graves”, la intervención “o el cierre”, pero nunca se asaltaron las dificultades de fondo como la insuficiencia de personal, sus deficientes condiciones laborales, los reglamentos de funcionamiento y actuación o la modernización de los centros.

 

 

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