El empresario Miguel Ángel Flores ha sido condenado a cuatro años de cárcel como responsable y organizador de la fiesta de Halloween en el Madrid Arena en la que fallecieron 5 jóvenes en la madrugada del 1 de noviembre de 2012.
Así lo ha decidido la Audiencia Provincial de Madrid, que en la sentencia señala al dueño de la empresa organizadora como autor de cinco delitos de homicidio por imprudencia grave por la muerte de cinco jóvenes y de 29 delitos de lesiones. También inhabilita al empresario durante 6 años para el ejercicio profesional de cualquier actividad relacionada con la organización o celebración de eventos.
Los juzgados notificaban este martes la decisión de la Audiencia tanto al empresario, que ya ha avisado que recurrirá la sentencia, como a los otros 13 acusados de homicidio por imprudencia grave y lesiones.
La Audiencia también encuentra culpables de homicidio al responsable de Madridec, Francisco del Amo, y al director general de Diviertt, Santiago Rojo, a los que condena a tres años de cárcel. Además, se ha impuesto una pena de dos años, seis meses y un día de prisión para Miguel Ángel Morcillo y Carlos Manzanares, de Diviertt y Kontrol 35. Todos ellos también serían inhabilitados.
Por otro lado, los jueces consideran a los coordinadores de Seguriber Juan José París y Raúl Monteverde responsables pero en menor grado, por lo que se les pone una multa de 12 meses a una cuota diaria de 10 euros. El responsable de seguridad Rafael Pastor ha sido absuelto de parte penal pero estará obligado a participar en las indemnizaciones a las familias, que rondan los 350.000 euros por víctima, y a los heridos.
Sin embargo, se absuelve a los doctores Simón Viñals y a su hijo Carlos, encargados de la enfermería de la fiesta esa noche, al entender que aunque su actuación fue negligente no se sabe si podrían haber hecho algo por las víctimas debido al tiempo que estuvieron atrapadas y a las lesiones ocasionadas por la avalancha de gente.
Los magistrados consideran acreditado que la muerte de las cinco jóvenes y las lesiones de otras 29 personas se produjo como consecuencia del sobreaforo existente, ya que entraron en el recinto unas 16.600 personas, del cierre de vomitorios y escaleras que dificultó el tránsito de los asistentes por el pabellón y de haberse derivado la entrada del público a través de las puertas de emergencia directamente a la pista, que ya se encontraba saturada por el sobreaforo.
