El Gobierno hizo llegar a los Ministerios el pasado 22 de mayo la instrucción de que no comentaran la entrevista que pocas horas antes había concedido el ex presidente José María Aznar en Antena 3 y en la que se mostró crítico con el ejecutivo de Mariano Rajoy y en la que pidió, expresamente, una bajada de impuestos.
El mensaje fu enviado desde La Moncloa y se indicaba a los ministros que contestasen a los periodistas que “no acostumbran a comentar” en estos casos. Y los ministros obedecieron, porque tanto el de Industria, respondió con un “sin comentarios”, cuando se le preguntó por este tema, como el de Agricultura que se limitó a despedirse de los periodistas con un “buenas noches”.
Fueron la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, – quien indicó que respetaba sus opiniones, que le agradecía sus aportaciones para que España vuelva a crecer – y el propio presidente quien, desde Bruselas, esquivó varias preguntas en este sentido, subrayando que no iba a polemizar con el ex presidente y dejando claro que no tenía intención alguna de cambiar el rumbo de su gestión.
Eso sí, varios días después, y pese a este ordenado mutismo, varios responsables del Partido Popular, dieron la vuelta a la situación señalando que en el PSOE tenían terror a una posible vuelta de Aznar a la política activa.