El presidente de la Comisión Europea, que no se sabe muy bien para qué sirve, qué hace o quién lo ha votado como para que no solo cobre 300.000 € al año, sino para que se permita dar órdenes a los gobiernos comunitarios, pedirá el miércoles a Mariano Rajoy que aplique las recomendaciones económicas de la Unión Europea.
Es decir, que José Manuel Durao Barroso, le dirá al presidente del Gobierno español que reforme las pensiones, para que los jubilados cobren menos a medida que envejezcan y que su jubilación no suba con el precio de la vida; que aumente aún más el IVA, que elimine las deducciones en los impuestos sobre la renta y sociedades o que flexibilice aún más el mercado laboral abaratando el despido.
Y es que Rajoy se reunirá el miércoles con la Comisión Europea acompañado por los ministros del área económica: Luis de Guindos (Economía), Cristóbal Montoro (Hacienda y Administraciones Públicas), Fátima Báñez (Empleo), Miguel Arias Cañete (Agricultura), José Manuel Soria (Industria) y Ana Pastor (Fomento). También asistirá el secretario de Estado para la UE, Iñigo Méndez de Vigo.
“Será un momento clave para reforzar nuestra cooperación, que ya es muy cercana, con el Gobierno español”, ha explicado la portavoz de Barroso que, hay que recordar, como primer ministro de Portugal heredó un déficit del 3% y lo dejó en el 6% después de aplicar un programa de austeridad costó al país un aumento del paro y una recesión económica en 2003. Durante sus años de gobierno, los incendios asolaron su país, llegando a quemar un 5% de la superficie total del mismo, un porcentaje inaudito en cualquier estado europeo.
El tiempo que estuvo en el Palacio de Sâo Bento se agolparon los escándalos de corrupción y pederastia, que conmocionaron a la sociedad lusa, y adquirió un protagonismo internacional cuestionable: fue el anfitrión en Lajes, Azores, de la cumbre Bush-Blair-Aznar preludio de la invasión y posterior Guerra de Irak, que se basó en informaciones falsas sobre la existencia de armas de destrucción masiva, y que causó, posteriormente, más de 880.000 muertos, el 80% de ellos, civiles.
