El arzobispo de Chipre, Chrisóstomos II, ha dado un ejemplo a los máximos responsables de otras confesiones, en otros países poniendo a disposición del Estado el patrimonio de la Iglesia, para salvar al país de la bancarrota y “evitar que sean los ciudadanos con depósitos bancarios quienes se vean perjudicados” por la situación económica chipriota.
«Podemos hipotecar toda esta propiedad y, del dinero que saquemos, comprar bonos del Estado para salvar el sistema bancario del país», afirmó Chrisóstomos, tras reunirse a primera hora de esta mañana con el presidente, Nikos Anastasiadis.
Chrisóstomos no ha puesto límites a la aportación de la Iglesia al rescate chipriota. «Como todos saben la propiedad de la Iglesia es inmensa», contestó el arzobispo a la pregunta de si la Iglesia limitaría su aportación.
