Un trabajador chino ha logrado mandar un mensaje de socorro en una caja de un juguete que fabrica en el campo de trabajo en el que está confinado en su país. La carta la ha encontrado una mujer de Oregón, según ha publicado el diario New York Daily News. En ella, el empleado denuncia abusos laborales, torturas y golpes y pide la ayuda de la de la ONG Human Rights Watch, que ahora estudia la veracidad de la misiva.
“Por favor, envíe esta carta a Human Rights Watch”, empieza la carta. “Miles de personas aquí, perseguidas por el gobernante Partido Comunista Chino se lo agradecerán eternamente”, continúa”. En la misiva, el trabajador explica que el juguete, un kit de decoración, se fabrica en un campo de trabajo de Shenyang, capital de la provincia de Liaoning, en el nordeste del China. Todos los trabajadores, cuenta, trabajan 15 horas al día de lunes a domingo, sin vacaciones y con un salario irrisorio (“10 yuanes al mes”, equivalente a 1,22 €). “Si no cumplen, sufren torturas, golpes y malos tratos”, añade.
La carta, escrita casi en su totalidad en ingles, también explica que quienes trabajan en el campo han sido condenados “sin sentencia judicial“ y que el único delito que muchos de ellos han cometido es “pensar diferente al Partido Comunista”.
Human Rights Watch está estudiando si la carta, que no va firmada, responde a una situación real. “No podemos confirmar ni la veracidad ni el origen de la carta”, ha explicado Sophie Richardson, directora de la ONG en China, que sin embargo ha admitido que “las condiciones descritas en la carta realmente forman parte de las condiciones que conocemos de los campos de reducación” de aquel país.
