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Un militar norteamericano condenado por asesinar y mutilar a 16 civiles afganos

Este sujeto es el sargento Calvin Gibbs y un tribunal militar acaba de declararlo culpable de matar y mutilar a 16 civiles afganos, entre ellos varios menores. El militar estadounidense, que estaba al frente de un pelotón en la provincia de Kandahar, no sólo mató a sangre fría a hombres, mujeres y niños desarmados, sino que les cortó varios dedos y los guardó como trofeo. Y ahora pagará, posiblemente con cadena perpetua, sus asesinatos.

Durante el juicio, al que ha precedido una investigación de casi dos años, se han mostrado varias fotografías en las que se podía ver a Gibbs y otros soldados posando al lado de varios cadáveres ensangrentados, pruebas que junto al testimonio de otros de los miembros del pelotón, entre ellos Jeremy Morlock, quien reconoció que Gibbs había elegido a las víctimas al azar, que había lanzado varias granadas para presentarlas como bajas en combate y que les había cortado varios dedos como trofeo.

Gibbs, quien siempre se declaró inocente, hizo un alegato en defensa propia el pasado viernes en el que aseguró haberse “disociado” de sí mismo durante sus acciones en combate y comparó la amputación de los dedos de los cadáveres con “cortar la cornamenta a un ciervo como trofeo de caza”.

El sargento no es el único condenado: en marzo, Morlock, de 23 años de edad, fue sentenciado a cumplir a 24 años de prisión; en agosto, Adam Winfield, de la misma edad y Andrew Holmes, oyeron como el juez les comunicaba que pasarían 3 y 7 años entre rejas y ahora, el líder del pelotón podría ser sentenciado a “cadena perpetua sin libertad condicional posible durante la misma”, la máxima pena prevista, excluyendo la sentencia de muerte, en el Código Militar de los Estados Unidos.


 

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