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El gobierno provisional libio está empleando la detención ilegal, palizas y torturas, como Gadafi

Amnistía Internacional (AI) ha denunciado que las fuerzas de rebeldes están realizando detenciones sin acusación y sin respetar los derechos de los detenidos, palizas, y torturas generalizadas. AI asegura en un documento, hecho público el miércoles, que existen indicios claros del uso de tortura para obtener confesiones o como medida de castigo y alerta de que, o se pone fin a estas prácticas olas mismas se convertirán en algo habitual de ahora en adelante.

Para los responsables de la ONG en Oriente Medio, este tipo de comportamientos fueron los que el Consejo Nacional de Transición libio (CNT) denunció que eran cometidos por el régimen de Gadafi y se comprometió a erradicar, por ello, avisa, “si no establece ahora una ruptura clara con el pasado, el mensaje que estará emitiendo en la práctica es que en la nueva Libia se tolera ese trato a los detenidos”

Desde finales de agosto, según el informe, las milicias armadas han detenido y puesto bajo custodia a no menos de 2.500 personas en Trípoli y Zawiya. Según AI, en casi todos los casos se había detenido a la persona sin una orden judicial, y en la mayoría sin la intervención de la Fiscalía General, además los detenidos fueron recluidos bajo la custodia de las autoridades locales o de las milicias armadas, sin intervención alguna de la Justicia.

Hasta finales del mes pasado, Amnistía Internacional entrevistó a unos 300 reclusos y constató que “a muchos de ellos los secuestraron en su casa sujetos no identificados que llevaban a cabo batidas en busca de combatientes o seguidores de Gadafi”. Además, numerosos de sus ‘carceleros’ reconocieron que les golpearon y llegaron a torturarles para obtener información, algo que AI ya ha puesto en conocimiento de los responsables del CNT.

Precisamente, la CNT acaba de confirmar que han detenido en Sirte a Mutasim Gadafi, hijo del dictador libio y responsable, con su hermano Jamis, de las brigadas de élite del extinto régimen. Mutasim ha sido traslado en avión a Bengasi, la capital rebelde, donde será interrogado tras ser apresado cuando pretendía huir de Sirte,  en un coche con una familia.


 

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