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Con los cuatro etarras detenidos esta madrugada, ya son 23 los que han caído desde el alto el fuego

Ni permanente, ni verificable. El alto el fuego de ETA no es más que un camelo o una estrategia para ganar tiempo. La prueba es la detención de cuatro miembros legales de la banda asesina, esta madrugada en Bizkaia. Según fuentes de la Guardia Civil estaban establecidos en la provincia desde hace meses y que habían creado un “comando estable“ que habría participado en el asesinato del inspector Eduardo Puelles en Arrigorriaga, en 2009 con una bomba lapa, y el brigada Luis Conde, un año antes.

Los detenidos, que ocultaban más de 100 kilos de explosivos, son Daniel Pastor Alonso, Lorena López Díaz, Beatriz Etxebarria Caballero e Iñigo Zapirain Romano que se suman a las otros 19 etarras arrestados desde que ETA declaró su ‘alto el fuego permanente, general y verificable‘.El primer detenido fue el informático de la banda ‘, Iraitz Gueselaga Fernández, apresado en Francia, y su pareja sentimental, Itxaso Urtiaga, en el País Vasco. El 18 de enero la Policía y la Guardia Civil llevaron a cabo una macrooperación en la que fueron apresados cuatro miembros de Ekin, entre ellos el hijo del dirigente de Batasuna, Txelui Moreno, en Navarra, cuatro miembros de Askatasuna y un activista de la Kale Borroka, Urtzi Azpiroz en Andoain. En Bayona los gendarmes se hicieron con Igor Uriarte y Alaia Zaldivar, respectivamente, y el día 26 la Ertzaintza localizó a Jordi Grau Año.

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