No es un buen día para don Silvio. Quizá habrá que empezar a llamarle así después de que el antiguo mafioso Giovanni Ciaramitaro haya declarado ante el Tribunal de Florencia que el primer ministro italiano estaría detrás de los atentados que ocurrieron en esta ciudad, Roma y Milán en 1993 y en los que murieron diez personas, entre ellas dos niñas.
Ciaramitaro ha declarado que la “mafia siciliana” siempre la había ordenado qué debía votar y que en 1994 la orden era que “todos votásemos a Berlusconi” porque “tenía que ayudarnos” para abolir las leyes antimafia. La declaración de este sicario se une a la de otro, miembro de la Cosa Nostra, Gaspare Spatuzza, que hace dos años aseguró que Berlusconi era el instigador de los atentados de 1993, una afirmación que Ciaramitaro ha ratificado afirmando que “habían sido los políticos quienes le habían dicho los objetivos” contra los que debían atentar en 1993 y que “en otra ocasión” se le dio, entre ellos “el nombre de Berlusconi” dicho nombre había sido pronunciado ni más ni menos que por el número dos de la Mafia el famoso padrino don Giuliano. Este habría asegurado que “cuando Berlusconi fuera primer ministro aboliría las leyes contra la Cosa Nostra.
A esta declaración del crimen organizado se une la de la compañera de piso de Kharima ‘Ruby’ El Mahroug, una joven que se asegura mantuvo relaciones sexuales con Silvio siendo menor de edad. Caterina Pasquino, que así se llama la antigua compañera de apartamento, ha asegurado a la Fiscalía de Milán que Ruby le confirmó que había estado en casa del primer ministro, que “había bailado y mantuvo relaciones sexuales con él” cuando ella aún no había cumplido los 18 años.
Pasquino, que ha añadido que su compañera había recibido “mucho dinero” de Berlusconi, ha sido interrogada en el llamado ‘caso Ruby’, en el que se acusa al político de prostitución de menores por sus fiestas en villa Arcore.
