Fue ella personalmente a sacar los lingotes de oro del Banco Central en Túnez, donde tenía guardadas 1,5 toneladas de oro valoradas en más de 45 millones de euros y que minutos después de retirar se llevó al avión que los trasladaría a Arabia Saudí. La mujer del derrocado presidente de Túnez, Leila Ben Ali, según publica el periódico francés Le Monde, se habría reunido después en Yiddah con su marido, que tuvo que intervenir telefónicamente para que el director del banco accediera a darle las barras de oro.
La familia política del ex presidente tunecino tiene fama de ser corrupta y de estar implicada en varias tramas criminales, lo que unido a que uno de los hombres más ricos del país y yerno de Ben Ali se ha refugiado con ellos, no ha hecho más que sublevar los ánimos.
