La idea es proteger el suelo cubriéndolo en este caso con paja para protegerlo de la erosión. Es lo que se conoce como ‘mulching‘, una técnica pionera que la Xunta está aplicando de forma urgente en montes que hayan sido arrasados por el fuego para frenar la erosión sobre todo en zonas altas con mayor pendiente y en la cabecera de cuentas hidrográficas. Una actuación que ha reducido los arrastres, disminuido la pérdida del suelo y la llegada de sedimentos a los ríos y ayudado a la regeneración de la vegetación y que se ha desarrollado en Muros, Camariñas, Boior, Quiroga, Laza, Cañiza y Covelo.
Unas técnicas punteras usadas en Estados Unidos y en otros países europeos que se aplican en zonas de mayor prioridad para los que se tienen en cuenta el factor económico, ya que el coste de la rehabilitación debe ser acorde con los valores que van a protegerse; la afectación de ecosistemas singulares y el tamaño del incendio.
