MIGUEL GALLEGO/
Estimado señor Zapatero:
Estoy trabajando desde que tenía 20 años, cuando terminé el servicio militar. Ahora tengo 45 años. Mi mujer también empezó a trabajar a los 18 años. Ahora tiene 43. Desde esa fecha no hemos dejado de pagar en ningún momento nuestros impuestos, seguridad social, desempleo, contribuciones, impuestos de vehículos… y un largo etcétera.
Como consecuencia de esto me encuentro con que mi hija era penalizada a la hora de elegir colegio porque sus padres trabajan pagando impuestos, de que las ayudas económicas se las den a gente que acaba de llegar que jamás ha cotizado y que tiene más derechos y privilegios que ninguno de nosotros, trabajadores de toda la vida, a los que precisamente no nos sobra el dinero.
Trabajo en una entidad financiera en un barrio considerado pobre de Córdoba en el que los subsidios del Gobierno, de la Junta de Andalucía, del Ayuntamiento de Córdoba y del ‘Sumsum Corda’ son totalmente habituales y concedidos a discreción. Pero me sorprende que en muchas de las cuentas a las que llegan estas ayudas de emergencia social o solidarias se permitan pagar recibos de Canal + por importes superiores a 100 euros mensuales. Yo, personalmente, me conformo con la TDT, y eso que me gusta el fútbol un montón. Recibos de telefonía móvil por importes superiores a los 200 euros mensuales en muchos casos. Yo cuando más pago son 50 euros entre el teléfono de mi mujer y el mío y me pillo un rebote de impresión. Todo perlas por el estilo.
Estoy hasta las narices de que la gente venga a cobrar el desempleo a las 08:15 horas de la mañana del día 10 con toda la prisa del mundo porque se tienen que ir a trabajar a un puesto por el que no pagan impuestos y por el que no contribuyen a la seguridad social, a esa misma a la que si tienes la desgracia de tener que ir te citan a seis meses vista o que cierra plantas enteras de los hospitales en épocas vacacionales para ahorrar. Y lo digo porque mi mujer es empleada de la misma.
Por todo ello, señor presidente, le ruego que deje la desgravación de vivienda como está y que el ordenador portátil que le va a dar a mi hija y la bombilla se los meta donde le quepan, que ya me encargo yo de comprarlos. Y que en vez de asesores contrate a más inspectores de trabajo que controlen a los parados que no lo están. Y que las Administraciones antes de dar ayudas con el dinero de los demás comprueben que no son para ver el Madrid-Barça o para llamar a la línea del tarot de Lola Montero.
Y que si realmente quiere acabar con la crisis lo único que debería hacer es penar con cárcel al que está cobrando el subsidio y esté trabajando. Ya verá como en menos de un mes se dan de baja más de un millón de personas y se ponen a cotizar. Sólo con lo que dejan de cobrar y lo que aportan a las arcas del Estado salimos de la crisis en menos de 3 meses.
Que en las arcas públicas no carecemos de tanto dinero, sino que faltan profesionales que sepan administrarlo y sobra gente que se lo gaste en intentar conseguir un voto.
Sin otro particular, reciba un saludo.
