El vicepresidente de la Diputación de Guadalajara, una provincia con larga tradición marítima, y de grandes navegantes, esforzados donde los haya, porque el mar más cercano está a 400 kilómetros, ha asegurado que un barco propiedad de aquella institución, el ‘Guadalajara, puerta abierta’, ha sido localizado en O Grove en manos de la Federación Gallega de Vela.
El bueno de don Rafael Esteban está tratando de determinar cómo y cuándo, quien y porqué se vendió ese buque y cuánto se pagó por el, además de conocer su estado. Esteban ha asegurado que el velero de la clase ‘soling’, de más de ocho metros de eslora, comprado 1989 por cuatro millones de pesetas, debió de haber sido cedido de alguna manera a la Federación Gallega, pero que no consta en los documentos de la diputación que vice preside.
Tras descartar que el buque zarpase de Guadalajara, entre otras cosas porque aquella ciudad no tiene puerto, el diligente político explicó que el barco intentó participar sin éxito en las regatas clasificatorias de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, luego pasó a la Escuela de Vela , desapareciendo en los años 90 sin dejar rastro ni estela que valga.
La actualización del inventario, no se sabe si náutico, de la provincia, aprobado hace pocos días, ha permitido confirmar la desaparición, algo inaudito, ya que el velero, ocupa de largo lo mismo que dos monovolúmenes, tiene un peso de más de una tonelada y un velamen de casi 4 metros, lo que lo hace visible flotando en el agua y, difícil de ocultar en un garaje convencional salvo que delanse te aparquen un par de elefantes.
Ahora que se ha encontrado, lo que pase con el barco dependerá de su estado, por ello el vicepresidente ha sido prudente “a la vista de las fotos que hemos recibido, es posible que no merezca la pena traerlo de vuelta“, parece ser que no pega nada, nadita delante del Palacio del Infantado.
