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Voy, no voy, voy, no voy… que una margarita no decida por ti

Motivos siempre hay de sobra para una cosa y para la otra: ir a trabajar o a manifestarse. Sobre todo en los tiempos que corren. Los sindicatos se han cansado de denunciar presiones por parte de los empresarios para que los trabajadores no secunden la huelga general de hoy. Pero vamos a intentar ser objetivos y hacer una lista de pros y contras de por qué ir a la huelga por el conocido como ‘decretazo’ y sus compañeros de viaje: los sueldos de los funcionarios y el plan de reforma de las pensiones.

Y vamos a empezar por lo malo, que es lo que más se ha dado a conocer desde que se hizo la convocatoria hace ya más de tres meses. El principal punto de fricción son los recortes sociales que pagan principalmente las clases que no provocaron la crisis, incluidos los funcionarios que verán cómo su sueldo se reduce entre un 0,56 y un 7 por ciento para ahorrar unos 4.000 millones de euros hasta 2011. Un resquicio por el que se podría colar el despido objetivo en las Administraciones Públicas.

Mientras más de 4,6 millones de españoles engrosan las largas listas del paro, con una tasa escandalosa del 40% entre los jóvenes, no se han llevado a cabo políticas de inserción laboral. En cambio, se abarata el despido, que pasa a ser en caso de improcedente de 45 a 33 días por año trabajado con un máximo de 24 mensualidades en lugar de 42. Y además el Fondo de Garantía Salarial se hace cargo de una parte de la indemnización y los despidos por pérdidas o ganancias menores a las previstas dan carta blanca al empresario.

Los sindicatos suman y siguen con la larga lista: se congelan las pensiones, se suprime el cheque-bebé, se sube el IVA, se reduce de forma brutal la inversión en infraestructuras con la que se estaba generando empleo, se estira la edad de jubilación hasta los 67 años, la ampliación del cálculo de la base reguladora de 15 a 25 años, de 15 a 20 años para tener derecho a una pensión contributiva, se elimina la pensión vitalicia de viudedad, incentiva los planes privados de pensiones… y ya se habla del ‘copago’ sanitario.

La otra cara

Un panorama que pinta negro, pero que puede ser insuficiente para sumarse hoy a la huelga general convocada por CCOO y UGT. Los expertos aseguran que flexibilizar el mercado de trabajo es necesario y se puede hacer sin caer en el despido libre: se necesita que una empresa pueda reducir plantilla si puede demostrar pérdidas, no menores ganancias.

Además, las medidas de ajuste son necesarias para salir de la crisis, sobre todo tras los avisos del Fondo Monetario Internacional y de la Unión Europea y la quiebra de Grecia llenando de sospechas nuestra economía. ¿Cómo reducir la presión internacional? Pues rebajando el déficit al 6 por ciento del Producto Internacional Bruto el año que viene, la mitad del registrado en 2009. En cuanto a las modificaciones sociales: la orfandad sale ganando, al desligar la cuantía del número de integrantes de la familia.

En cuanto a la edad de jubilación, es la propia demografía la que la va estirando: en Francia también se contemplará un aumento de dos años, aunque en este caso es de los 60 a los 62 años. Cifras del Instituto Nacional de Estadística lo avalan: España es el país de la Unión Europea que más rápido envejece y pasará de 7,5 millones de jubilados a los 17 en menos de 40 años. Se necesitarían dos trabajadores para pagar la pensión de tres jubilados.

Idealismos aparte, lo cierto es que paralizar el país tiene un coste desorbitado, el último de 4.000 millones de euros. Y España no está para derroches. Además, hacer huelga no va a conseguir hacer desaparecer todas las medidas puestas sobre la mesa por el Gobierno de Zapatero. Sarkozy tampoco lo hizo con las constantes jornadas de paro convocadas para protestar contra la reforma de las pensiones.

Ahora, tú decides.

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