Y con un fuerte aroma a precampaña. A ocho meses de las elecciones municipales el PP ha dado el pistoletazo de salida al nuevo curso político con un encuentro en el Castillo de Soutomaior con un componente más localista con la vista puesta en la próxima cita con las urnas y la esperanza de recuperar poder en las diputaciones de Lugo y A Coruña y de lograr una reforma en la ley electoral para que el más votado sea el nombrado alcalde.
Ante más de mil asistentes, los líderes del partido nacional y autonómico, Mariano Rajoy y Alberto Núñez Feijóo, dejaron claro su posicionamiento de cara a la nueva ‘temporada’ el primero con Zapatero en el punto de mira, el segundo con temas relativos a las competencias de la Xunta.
El punto de partida, la ausencia de Zapatero mañana en la fiesta minera de Rodiezmo, en León, a la que llevaba acudiendo años. Organizado por UGT, tras la reforma laboral por decreto del Gobierno y la huelga general convocada para el próximo 29 de septiembre, el presidente decidió no acudir, algo que para Rajoy es “una plasmación gráfica del engaño a los españoles. Ha hecho mucha demagogia”.
El líder popular tampoco dejó escapar la ocasión para criticar los cambios en el Gobierno de cara a las nuevas listas de las municipales: la salida de Celestino Corbacho para pasar a formar parte del PSOE catalán y el intento de Trinidad Jiménez de llevar a la vez su trabajo como ministra y como posible candidata a las alcaldía de Madrid.
Y cómo no, mención especial al líder espiritual del Partido Popular, José María Aznar, con el que cosas como el paro, los recortes sociales o la crisis “no pasaban”.
