De momento sólo afectan a los conejos, pero mejor curarse en salud y guardar el móvil en el bolsillo de la chaqueta. Al menos es la conclusión a la que han llegado investigadores del Colegio de Médicos Tokushima, en Japón, quienes han probado que las ondas electromagnéticas de los teléfonos móviles influyen negativamente en el comportamiento sexual de estos roedores, tal y como han publicado en el ‘International Journal of Impotence Research’.La finalidad no era saber si Bugs Bunny tenía que deshacerse de la BlackBerry, sino saber de qué manera pueden influir esas ondas en el comportamiento sexual de las personas, para ello han seleccionado 18 conejos masculinos a los que separaron en dos grupos: uno al que se expuso a las radiaciones telefónicas y otro al que se mantuvo alejado de ellas. Para comprobar qué pasaba, introdujeron seis hembras en las jaulas de uno y otro grupo y se quedaron mirando qué pasaba, y no sólo eso, sino que también comprobaron los niveles de testosterona y dopamina de los orejudos.
¿Cuál fue el resultado? pues que cuando un conejo macho expuesto al móvil practicaba sexo con una hembra tanto la duración como la frecuencia de la actividad disminuía, ya que se cansaba antes, algo que también le pasaba a aquellos que estuvieron al lado de un móvil en modo de espera.
