Tampoco estaba tomando cañas. Este pobre hombre que veis en la foto sólo dormía, pero la policía le fastidió el sueño porque unos vecinos de la zona les alertaron de que había un muerto en un coche. A lo largo de la mañana, en la calle Camilo José Cela, veían cómo pasaban las horas y el susodicho no se movía ni un milímetro en su posición. «Fui a llevar a las niñas al colegio, regresé, volví a salir cerca del mediodía y comprobé por tercera vez que el hombre seguía inmovil», señala una testigo. Fue en ese momento cuando, junto a otras personas, decidió golpear la ventanilla y llamarlo a gritos. Nada. Ni los pitidos de un camión lo inmutaron. Ante esto, concluyeron que, efectivamente, estaba muerto. Llamaron a la policía para comunicar el suceso y éstos se presentaron en pocos minutos. La ventanilla del coche estaba abierta, así que lo zarandearon y regresó del sueño de los justos al cual ya lo habían mandado sus vecinos. Los agentes registraron el coche y el hombre se fue al mismo tiempo que ellos sin saber el revuelo que había causado mientras dormía profundamente.
