Nos produce un shock similar al que puede producir algún hecho impactante, como pueden ser un atentado o un hecho imprevisto. Un grupo de científicos del Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias de la Universidad de Buenos Aires ha certificado que el frío intenso provocado por ejemplo por el agua helada produce un shock similar al de una sacudida emocional.
El agua fría genera un estrés leve pero agudo que ayuda a liberar glucosa y una serie de hormonas encargadas de la modulación de la memoria, haciendo que los recuerdos sean mucho más duraderos. Y lo que es mejor, esta técnica podría incluso ayudar a recuperar recuerdos olvidados.
