La concentración de radiactividad en el agua es cien veces mayor al límite legal, aunque relativamente bajo para lo que hay en la zona. Por eso, y ante la imposibilidad de drenar los reactores de otra forma, TEPCO ha comenzado a liberar las 11.500 toneladas de agua radiactiva de la central nuclear de Fukushima directamente al mar. La idea es liberar los depósitos especiales de la planta japonesa para poder trasladar allí el agua con radiactividad más elevada que en estos momentos inunda los edificios de turbunas de los reactores 1, 2 y 3 e impide el enfriamiento.
Aunque no es el único vertido al Océano Pacífico: desde hace días una filtración que se sospecha que procede del núcleo del reactor 2 ha acabado en el mar. Los técnicos estudian tapar la grieta con productos químicos o con una barrera en el litoral para delimitar la zona afectada, aunque aún están esperando a ver a dónde les lleva el líquido colorante que vertieron hace unos días para tratar de determinar la ruta por la que el agua se filtra al océano.
