El patio de armas de la Brigada Acorazada XII de El Goloso, en Madrid, fue el escenario escogido para celebrar el funeral conjunto de los cinco militares fallecidos hace tres días de forma accidental cuando realizaban un ejercicio rutinario de destrucción de explosivos en un cuartel madrileño. Una ceremonia solemne, emotiva y con muchas lágrimas en la que no han faltado el Príncipe de Asturias, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, la ministra Carme Chacón ni el otro militar herido durante las prácticas.
Tras la misa, el príncipe Don Felipe ha impuesto a título póstumo la Cruz del Mérito Militar con distintivo amarillo al sargento primero Sergio Valdepeñas, al sargento Mario Hernández y el acabo Miguel Ángel Díaz, mientras que Víctor Manuel Zamora y Javier Muñoz Gómez recibieron la Cruz del Mérito Naval con distintivo amarillo.
