Todo dependerá de si Balaídos es una de las sedes de la candidatura ibérica España-Portugal para el Mundial de 2018 o 2022. Si es así y vuelve a tener que celebrar partidos, como en el Mundial 82, hablaríamos de reformas con mayúsculas en el estadio en el que juega del Celta. Durante una reunión mantenida hoy entre el Concello y el club vigués se trataron los proyectos de reforma, que supondría una inversión de más de 100 millones de euros que en este momento el Gobierno municipal no puede asumir.
Estando en plena crisis, el proyecto del nuevo estadio pasa por el Mundial y porque otras administraciones se involucren. Y hay razones para el optimismo: frente a una de las rivales más directas, Oporto, a favor de Vigo juega su trayectoria en el mundo del fútbol y haber sido sede ya de otro mundial.
Lo que si avanza es la cesión del estadio de Barreiro para uso de los equipos de Lavadores tras un convenio entre Concello y Celta en el que el club dejará el campo a cambio de uno nuevo en la Madroa. Aunque eso sí, de fechas nada.
