La Xunta ha intensificado las obras de reparación de la presa de Eiras —la infraestructura que asegura el abastecimiento de agua a Vigo y a más de 400.000 habitantes de la comarca— con la sustitución de cuatro válvulas de toma de agua y la instalación de un sistema de bombeo provisional para garantizar el servicio durante los trabajos. Las actuaciones, iniciadas a comienzos de mes, cuentan con un presupuesto cercano a los 2,3 millones de euros y tienen como objetivo resolver de forma definitiva el deterioro de componentes clave para el flujo hacia la ETAP del Casal.
El director de Augas de Galicia, Roi Fernández, supervisó este martes la evolución de los trabajos en Fornelos de Montes, donde se ha comenzado también a reponer bases de hormigón, renovar el cableado y poner a punto todos los equipos asociados. La previsión oficial es que el suministro quede restablecido sin riesgo en la primavera de 2026.
Choque político con el Concello de Vigo
El avance de las obras se produce en medio de un fuerte cruce de acusaciones entre la Xunta y el gobierno municipal de Vigo. El alcalde Abel Caballero ha exigido el cese inmediato de la conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, por lo que considera una “negligente gestión” de la situación de Eiras, acusándola de mentir sobre el origen de la avería y de culpar falsamente al Concello. El regidor sostiene que la Xunta ocultó los problemas de las válvulas durante meses y que estos se detectaron hace 8 meses, tiempo en el que no se actuó.
Desde el gobierno autonómico, sin embargo, se defiende que la Xunta empezó obras urgentes porque ni el Concello ni su concesionaria comunicaron incidencias, a pesar de que el mantenimiento y la operatividad de las válvulas correspondían a Augas de Galicia tras una modificación de competencias hace años.
Este episodio completa semanas de tensión sobre la gestión del agua en la zona. En octubre, la Xunta afirmó que el embalse garantizaba el abastecimiento hasta enero incluso sin lluvia, en plena prealerta por escasez, y al mismo tiempo instó a la Administración local a reducir el caudal ecológico del río.
La disputa por Eiras ha colocado el abastecimiento de agua en el centro del debate local y autonómico, con el Concello reprochando a la Xunta la falta de respuesta y la Xunta recordando que primero hay que resolver técnicamente la avería antes de dirimir responsabilidades, un argumento que mantiene mientras continúa la reparación de emergencia.
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