Su función: vigilar y disuadir a los que se les pase por la cabeza provocar algún incendio o incumpla alguna de las normas marcadas para evitarlos. Desde hoy, 23 patrullas del Ejército vigilan los montes de 29 municipios gallegos para prevenir los fuegos en la época de máximo riesgo dentro de la ‘Operación Centinela Gallego’. La zona más vigilada, Ourense.
Este operativo se mantendrá hasta el 30 de septiembre, aunque podrían desplegarse hasta 75 patrullas terrestres en caso de muy alto riesgo, dependiendo siempre de las condiciones meteorológicas. También podría intervenir la Unidad Militar de Emergencia en las labores de extinción en caso de una situación de incendios generalizados, como la que se dio en 2006.
La financiación ha corrido a cargo de la Xunta, que invirtió más de 630.000 euros en el reconocimiento, despliegue, actividad operativa y relevos de las patrullas, además de hacerse cargo de los gastos derivados de una situación de riesgo alto o muy alto.
Balance de 2009
El año pasado, los montes de Galicia acogieron a casi mil militares que recorrieron 425.000 kilómetros y dieron 200 partes por incendios o conatos. Esta colaboración estival entre Xunta y Ejército se remonta a la oleada de incendios que asoló la comunidad gallega y que vio la luz de forma oficial, no por las circunstancias, en 2007. El éxito ha sido tal que desde entonces todos los veranos ambas entidades se convierten en los vigías de los montes gallegos.
