Maxim Glavatsky, y un parado, Yury Mozhonov, fueron condenados a 19 y 18 años de cárcel por un tribunal de San Petersburgo tras haber quedado demostrado que, durante una borrachera, ahogaron en una bañera a una chica de 16 años y se comieron partes de su cuerpo. Según las pruebas presentadas por el fiscal, después de llevarla a su casa, la inmovilizaron, llenaron el baño de agua, le sujetaron la cabeza hasta que dejó de respirar y “rebanaron partes de su cuerpo con un cuchillo para luego comérselas”.
Los agresores no pudieron alegar el estado de embriaguez ya que también se probó que le robaron a la víctima la ropa, el móvil y un MP3 que llevaba en el momento de la agresión, para lo cual, a juicio del tribunal, es necesaria la voluntad.
