Si estuviese vivo, Marlon Brando–considerado como uno de los mayores mitos del cine- habría cumplido este viernes 91 años.
Brando, que trabajó a las órdenes de Elia Kazan o Francis Ford Coppola, forjó una sólida carrera como actor que le llevó a tocar todos los géneros y a representar toda clase de personajes- desde un sujeto violento en un ‘Tranvía llamado deseo’, por un general mexicano, en ‘Viva Zapata’, un estibador en ‘La ley del silencio’, el propio Julio César, el padre de Superman, un coronel desquiciado en ‘Apocalypse Now’, hasta un chino en ‘La casa de té de la luna de agosto’.
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Sin embargo, su interpretación más reconocida y recordada es la de Vito Corleone, en ‘El Padrino’ , en el que fue el ‘don’ de la familia mafiosa más importante de Nueva York, papel por el cual ganó su segundo Oscar-que rechazó-en 1972.
Los últimos años de la vida de Brando, alejado del cine, con papeles muy esporádicos y bien remunerados, entre exigencias y caprichos casi intolerables para los productores y directores, y un declive físico completo, fueron una completa desgracia.
En 1990 su hijo mayor-tuvo en total 16 de hasta 9 mujeres-fue acusado de asesinato y condenado a 6 años de cárcel, mientras que otra de sus hijas, Cheyenne, se suicidó.
A partir de ello, Brando, que había gastado casi toda su fortuna en los procesos legales- que le obligaron a vender su isla de Tetiaroa- pasó a estar en la indigencia, teniendo que subsistir con su seguro social y transformándose en un ermitaño hasta su muerte a los 80 años, el 1 de julio de 2004, a causa de una fibrosis pulmonar.
