Científicos de Singapur han creado un aparato que consigue la invisibilidad térmica, camuflando las huellas de calor. El mecanismo utiliza materiales naturales, de manera que resulta económicamente rentable.
Los objetos naturales producen señales térmicas, si se enmascaran o se bloquean se vuelven indetectables proporcionando un camuflaje ilusorio. La tecnología de la ocultación es además aplicable a humanos, como sucedería con los soldados en misiones nocturnas para dificultar su rastro por los enemigos.
La investigación añade una nueva dimensión en el campo de la fonónica, que se centra en la manipulación del flujo de calor mediante las partículas de los materiales sólidos. El director del proyecto, Qiu Chengwei, declara que su aplicación se relaciona con la gestión del calor en circuitos electrónicos, interconectores y baterías compactadas. Los hallazgos han sido publicados en Advanced Materials y en Physical Review Letters.
