La encontraron en un campamento gitano en la localidad griega de Fársala, en el centro del país, junto a otros tres niños y numerosas armas. Sus rasgos nórdicos y las contradicciones de la pareja que se hacía pasar por sus padres llevaron a las autoridades a desconfiar y a practicar unas pruebas de ADN que han ratificado que no son los padres biológicos. Las investigaciones desvelaron que el hombre registró en 1993 en un plazo de apenas cinco meses a cinco niños más como propios, además de otros tres entre finales de 1994 y principios de 1995 y otros cuatro a nombre de la mujer. Por eso han sido detenidos por secuestro de menores, tráfico infantil y documentación falsa.
La policía y la ONG ‘La sonrisa del niño’ buscan ahora a los padres de esta pequeña, bautizada como María, y ya ha recibido más de 5.000 llamadas de todo el mundo de ciudadanos dispuestos a colaborar en la búsqueda de los padres biológicos de la pequeña, de unos cuatro años de edad. De momento no hay pistas concretas, aunque las fotos de la niña ya se han distribuido a través de la Interpol junto con la foto de los secuestradores, con la esperanza de que alguien pueda reconocerlos y arrojar algo de luz sobre el asunto.
