Nada que ver con la concentración de hace cinco días contra el #sablazo del Gobierno. Este miércoles, apenas 50 personas acudieron a la convocatoria para protestar ante la sede del Partido Popular en Vigo. No se sabe si se debió a que la misma se anunció para dos horas distintas, una a las 7 y otra a las 8 de la tarde; a que, como ayer hacía un día de playa al que era difícil resistirse, o porque mañana la mayoría de las organizaciones estarán en la manifestación anunciada por las principales centrales sindicales.
Si no fuese por el ruido de cacerolas, silbatos, bocinas y hasta unos platillos de batería y por el despliegue policial, los peatones que caminaba por Areal podría haber confundido la a este grupo con pasajeros de los autobuses que van a Redondela o Cangas y que tienen su parada justo al lado del antiguo Rectorado.
Se repitieron las mismas consignas del otro día, “¡que no, que no, que no nos representan!”, “¡menos policías y más librerías!”, hasta el pegadizo “¡manos arriba, nos han subido el IVA!”, pero no había feeling. Y eso que la protesta duró algo más de una hora, otra vez ante las luces apagadas y la puerta cerrada de la oficina de los populares que, como avisaba un cartel, ha empezado con el horario de verano…con las tardes libres, para lo de conciliar la política y familiar.
