Los trabajadores portugueses están convocados este jueves a una huelga general, la primera en doce años, en protesta por la reforma laboral impulsada por el Ejecutivo del primer ministro Luís Montenegro. La propuesta, presentada en verano y aún en negociación con la patronal y los sindicatos, pretende modificar alrededor de un centenar de artículos del Código de Trabajo para flexibilizar despidos y contratos temporales, una orientación que las organizaciones sindicales consideran regresiva.
El Gobierno sostiene que la legislación vigente presenta una rigidez excesiva y que los cambios permitirán dinamizar el mercado laboral. Sin embargo, la Unión General de Trabajadores (UGT) y la Confederación General de los Trabajadores Portugueses (CGTP) alertan de que la reforma abre la puerta a un uso más amplio de la contratación temporal, especialmente entre jóvenes bajo el argumento de la falta de experiencia. Asimismo, denuncian que facilitará la externalización de servicios tras despidos colectivos y simplificará las condiciones para el despido por causa justificada.
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Más horas de trabajo
Uno de los puntos más polémicos es el posible regreso del «banco de horas individual», que permitiría aumentar la jornada diaria hasta en dos horas, alcanzando un máximo de 50 horas semanales y 150 horas anuales sin remuneración adicional, según advierte la CGTP. Los sindicatos alertan también de un debilitamiento de la acción sindical en centros de trabajo sin representación organizada y de medidas que consideran un ataque a los derechos de maternidad y paternidad. Entre ellas, la sujeción de los horarios flexibles de progenitores con hijos con discapacidad o enfermedad crónica al funcionamiento interno de la empresa, y la reducción del permiso de lactancia a dos años.
La última huelga general, en 2013
La última huelga general en Portugal se remonta a junio de 2013, en plena intervención de la troica, cuando la ciudadanía protestó contra las políticas de austeridad del entonces primer ministro Pedro Passos Coelho, hoy presidente del PSD, el mismo partido que lidera Montenegro.
Para este jueves se prevé un amplio seguimiento de la movilización. Los sindicatos de aviación civil, ferrocarril de cercanías, metro de Lisboa y Oporto, además de trabajadores de la sanidad y la educación públicas, han anunciado su adhesión, anticipando fuertes perturbaciones en los servicios esenciales.
