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La Iglesia aconseja a la mujer que duerma la siesta antes del sexo para estar descansada llegado el momento

Podría parecer una noticia del Mundo Today…pero no, es real. La Conferencia Episcopal Española (CEE) de la Igelsia católica presentó este jueves pasado un nuevo curso ‘prematrimonial’ que se aconseja que los futuros esposos sigan durante 2 años que tiene como objetivo “acompañar y formar “ a los futuros matrimonios católicos y que pretende evitar el alto número de separaciones, que la Iglesia sitúa en un 40% los primeros 5 años de casados.

Entre distintos consejos y propuestas, este curso aconseja que  “el varón los días que quiera tener relaciones sexuales deberá hacer un esfuerzo mayor y asumir ciertas tareas (por ejemplo, llevar a los hijos por la tarde al parque o pasear un par de horas para que la mujer pueda dormir la siesta) y la mujer deberá liberarse de ciertas cargas de trabajo y descansar para encontrarse ambos preparados para el encuentro sexual cuando llegue el momento”.

Esto es así porque hay que considerar la diferencia de ambos, “frente al cansancio, corporalmente el cerebro del varón se despierta ante la posibilidad de tener relaciones. Sin embargo, la mujer necesita estar descansada para tener una relación sexual”.

Asimismo, aconseja poner el mayor cuidado en las caricias previas al acto sexual, subraya la importancia del sexo e insta a que ambos miembros de la pareja se esfuercen, “para favorecer los encuentros,  evitando la pereza en la mujer o el poco cuidado en el varón”.

Relaciones pre.matrimoniales y masturbación

Por supuesto, los obispos proponen a los novios la “castidad” hasta después de la boda. “El pánico a la entrega total hace que se haya extendido el probar las relaciones sexuales antes de estar casados”, aseguran, al tiempo que subrayan que la Iglesia se “opone” a este tipo de relaciones.

También advierten del “pansexualismo”, cuando “el foco de atención en el proceder y en el espíritu de la persona se centra en torno al placer de la sexualidad y como tal, los medios tratan de seducir al individuo con la atracción de ese placer”.

Igualmente, consideran la pornografía y la masturbación como “una amenaza” para los matrimonios. En concreto, sobre la pornografía, recuerdan que, según el Catecismo de la Iglesia, “desnaturaliza la finalidad del acto sexual” y “atenta gravemente a la dignidad de quienes se dedican a ella”.

Sobre la masturbación, señalan que es “un acto intrínseca y gravemente desordenado”. “La masturbación puede parecer que solamente nos afectará durante el noviazgo, pero por su esencia, puede llegar a tener un componente adictivo que afecta también a algunos matrimonios”, apuntan.

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