Los republicanos abandonan definitivamente a Donald Trump después de que saliese a la luz una conversación con un primo del ex presidente George Bush hijo en el que denigraba a las mujeres y hablaba de ellas como meros objetos sexuales.
El último en darle la espalda a Trump ha sido el senador y candidato republicano a la Presidencia en 2008 John McCain, quien ha difundido este comunicado, “el comportamiento de Donald Trump esta semana, cuyo colofón ha sido la difusión de sus comentarios degradantes sobre las mujeres y sus alardes sobre agresiones sexuales, hacen que sea imposible continuar ofreciendo un apoyo a su candidatura”. “Cindy (Hersley, su esposa), con su sólida formación en derechos humanos y el respeto a las mujeres, está totalmente de acuerdo conmigo en esto”, apunta el ahora Senador.
“No votaremos por Trump”, dice. Y explica: “Nunca hemos votado demócrata y tampoco votaremos a Hillary Clinton. Escribiremos en la papeleta el nombre de algún político conservador que esté capacitado para llegar a ser presidente”.
McCain no es el único republicano que reniega de Donald Trump, a él se suman 20 miembros republicanos de la Cámara de Representantes, 12 senadores de su partido, cuatro gobernadores, siete ex gobernadores, entre ellos Arnold Schwarzenegger , que ha dicho públicamente, “por primera vez desde que me convertí en ciudadano americano en 1983″, no iba a votar por el Partido Republicano. “No sólo es aceptable elegir a tu país por encima de tu partido; es tu deber”, justifica su decisión el ex gobernador de California.
También Condolezza Rice, secretaria de Estado durante la segunda legislatura de George Bush, ha expresado en Facebook que esto ha sido “suficiente. No debería ser presidente”.
Para desgracia de Trump, las deserciones de personas influyentes de su partido no se quedan ahí, el ex presidente Bush padre ya ha dicho que tampoco le votará y Quartz ha elaborado una lista que abarca a miembros de su partido que creen que debería dimitir, otros que afirman que no le van a votar y los que nunca le han apoyado.
A pesar de todo ello, Donald Trump ha sido contundente: “los medios y el establishment me quieren fuera; no voy a dejar la carrera”.
