Ya nos hemos ido. La redacción queda al mando del becario, un periodista muy despierto, incisivo y perspicaz que ya está atento a todo acontecimiento y novedad que pueda producirse. Por supuesto, no le hemos dicho dónde estamos y le hemos bloqueado el Wasap. Tiene toda nuestra confianza, por eso estamos seguros que será capaz de descifrar los códigos aleatorios que cambian cada 90 segundos y que dan acceso al programa de publicación de noticias.
Nos ha dicho que no saldrá a celebrar el fin de año y que las doce botellas de whisky, ginebra y ron, que ha guardado en el despacho de la directora, son de unos amigos que pasarán a buscarlas para llevarlas a la Congregación de las hermanitas de la Animación.
Os pedimos, por favor, que si veis al becario en cualquier momento de esta noche tengáis en cuenta que está trabajando de incógnito en un reportaje que, nos ha adelantado, será una investigación en profundidad sobre los efectos de la conga en la capa de ozono que hay sobre la Ría.
Nos vemos el día 2, hasta entonces desear a esos 255.489 amigos, que son únicos, y a otros decenas de miles más que lo serán pronto, un 2016 lleno de besos largos, lentos, profundos, suaves y húmedos que duran tres días.
