No solo nos enseñó a respetar la naturaleza, también a apreciar su modo de vida y a conocer sus costumbres…y haciendo lo más difícil: enseñándonoslos en libertad. Era Félix Rodríguez de la Fuente, que murió en un accidente de helicóptero en un el 14 de marzo de 1980…y murió haciendo lo que mejor se le daba, su trabajo: grababa en Alaska escenas de la carrera de trineos tirados por perros, la ‘Editarod’.
Félix Rodríguez de la Fuente era licenciado en Medicina, aunque todo lo que sabía de biología y naturaleza lo aprendió por sí mismo. Entre 1970 y 1974 realizó la primera de sus grandes series, una de las que le daría reconocimiento mundial: ‘Planeta azul’. En la radio colaboró con su programa ‘La aventura de la vida’, y otros espacios como ‘Planeta agua’ y ‘Objetivo: salvar la naturaleza’.
Durante estos años, se entregó también al salvamento de especies animales en peligro de extinción, especialmente el lobo. Para él consiguió el aprecio y el respeto de la sociedad, como ya lo había conseguido con las aves rapaces…por cierto, con respecto a estas últimas impulsó el uso de halcones en los aeropuertos para evitar que otros pájaros, como palomas o gaviotas pusiesen en peligro a los aviones…un método que sigue utilizándose hoy en día.
Paralelamente a su defensa efectiva de la naturaleza, emprendió diversos proyectos editoriales, como la coordinación de la famosa ‘Enciclopedia Salvat de la Fauna’, que sólo en España vendió 18 millones de volúmenes y fue traducida a catorce idiomas y publicada en los cinco continentes.
Entre 1973 y 1980 realizó para televisión la que fue, sin duda, su serie más famosa: ‘El hombre y la tierra’. Fueron 124 capítulos, la mayoría rodados en España y que supusieron todo un reto, ya que se rodaba en 35 milímetros, y para ello se tenían que transportar los pesados equipos de filmación de la época.
La serie se convirtió en un fenómeno y un referente mundial: filmó a algunos animales por primera vez en la vida, consiguió imágenes impactantes que dieron la vuelta al mundo y que llevaron a la serie a alcanzar altas audiencias y cosechar numerosos premios…y fue el ejemplo de los trabajos que realizarían, desde entonces, otros periodistas, biólogos y naturalistas.
