ANTONIO ALBALADEJO/ El alcalde y sus partidarios dicen que el barco de Coia es fantástico y quienes se manifiestan en su contra que es un adefesio…o sea, que sería ‘adefástico’, entendiendo que no es unánimemente hortera, tampoco enxebre, cool o hipster…aunque hay quien lo considera tocho, como sinónimo de mamotreto– en plan, ‘vaya tocho/mamotreto colocaron delante de Alcampo’- ‘originero’-mezclando ‘original’ y ‘marinero’- mientras los fans y groupies de Abel Caballero, lo calificarían de ‘trevítico’- en referencia a la Fontana di Trevi-, o de ‘supercalifragilísticoespialidoso’, si han traspasado la línea que separa al fan del que forra su habitación con fotos del alcalde-estos son pocos, aunque puede que ocupen más asientos en el Pleno del Concello después de las elecciones-.
Sin embargo, en esto del barco, hay más tribus; están los ‘fotomatoneros’, que aparecen agarrando la pancarta para la foto y desaparecen en un tris cuando no hay cámaras; los ‘arrimateguis’-‘eh, no deixes de pasarte por Beiramar que van sacar o barco e teñen que vernos’-los ‘enanistas’, del grupo de los ‘siete enanitos’ que piden la unidad de la izquierda-; los ‘morreiros’-que en su día aprobaron gastar más en dejar que se pudriese el barco que en hacer algo con él y ahora claman porque se hace cualquier cosa; los ‘gargantasprofundas’, que ‘filtran’ información, ‘de primera mano’ a los medios-; los ‘sillonceros’ -que están en contra del barco pero no de cuerpo presente, sino desde su casa, su Facebook, su sede y su despacho-o los ‘dictadones’-que escriben, al dictado, en contra y a favor del buque-.
Con todo, lo cierto es que hay algo que en esto del ‘Bernardo Alfageme’ que nos ha unido: la hipocresía. Todos somos hipócritas. Los que se indignan contra el colapso de Urgencias, pero les inquieta más que pongan un barco en medio de la calle y los que nos tragamos el anzuelo que nos ponen para lograr que informemos del Alfageme y no de que en Vigo hay el doble de parados que hace 8 años o que más de la mitad de ellos ya no cobran prestación alguna; de que fabriquemos menos coches y menos barcos o que se descarguen aquí menos mercancías que nunca; que haya que pagar por pedir justicia, que hayan aumentado los desahucios, que nos cobren el agua que no consumimos y por servicios que no tenemos o que nos cueste más un transporte que es peor que antes.
Somos hipócritas, incluidos los que protestan- y nosotros que lo difundimos– por los 100, 200, 300 o 400.000 € que puede que haya costado todo esto del barco y cuando les preguntamos por qué no hacen lo mismo cuando se destinan 20 millones de dinero público para arreglar un estadio de fútbol que solo disfruta un club privado dicen, literalmente, “eso es distinto, hombre, el campo es de todos, protestar contra eso es impopular”…y nosotros no nos atrevíamos a publicarlo.
