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El obispo de Alcalá llama “crimen abominable” al aborto y al cambio de sexo, pero no a los abusos sexuales de curas a menores

El obispo de Alcalá de Henares ha divulgado una carta pastoral, titulada ‘Por un plato de lentejas’, en la que llama a una “nueva evangelización” y  a “promover la gestación de auténticos cristianos” para acabar con el “crimen abominable” del aborto y la “gran ofensiva” entorno al “deseo de cambiar de sexo”.

En la Carta Pastoral, Juan Antonio Reig Pla, que así se llama este ‘hombre de Dios’, emplea la historia narrada en el Génesis donde Esaú vendía su primogenitura por un plato de lentejas a su hermano Jacob para ejemplificar lo que “el Gobierno de España estaba dispuesto a hacer para conseguir un puesto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”. “El puesto ha sido conseguido, ahora ya sabemos por qué han hecho lo que han venido haciendo”, asegura el obispo.

En este sentido, el obispo alude a la “promoción de la anticoncepción desde niñas, esterilización, aborto libre”, “manipulación de embriones y reproducción asistida”, la “promoción de la masturbación, con programas ya desde 0 a 4 años”, “educación sexual obligatoria (teoría y práctica) de menores” o “disminuir la edad legal de consentimiento para tener relaciones sexuales”, a lo que se suma “el derecho de inscripción en el Registro Civil de los hijos de españoles nacidos mediante gestación subrogada (vientres de alquiler) en el extranjero”.

Además, critica otra serie de cuestiones relacionadas con el colectivo LGTBI, como los “derechos de los menores a su propia ‘orientación de género'”, el “matrimonio entre personas del mismo sexo”, el “derecho de las parejas del mismo sexo a adoptar niños” o el penalizar legalmente que profesionales de la psiquiatría o la psicología puedan ayudar a personas con atracción sexual hacia el mismo sexo o con deseo de cambiar de sexo”. “Lo que sigue es la penalización de los padres, de las confesiones religiosas y de cuantos se opongan a la agenda prevista para promover estos llamados ‘derechos sexuales LGTBIQ'”.

“Si matar a un inocente no-nacido se reconoce por las ‘leyes’ como un derecho, toda corrupción o iniquidad es posible, tanto en el ámbito público como en el privado. (…) Ni los actuales partidos mayoritarios ni los nuevos de corte marxista que parece que emergen con gran ímpetu, respetan integralmente la dignidad de la vida humana, del matrimonio y de la familia“, concluye.

Eso sí, su ilustrísima no hace referencia en su ‘carta pastoral’  a que, según datos de Naciones Unidas, 440.000 miembros del clero católico (curas, presbíteros, diáconos y obispos), entre un 1,3 y un 5% del sacerdocio, estaban involucrados en delitos de abusos sexuales a niños.

Monseñor Reig tampoco parece escandalizado por el hecho de que miembros de la iglesia de la que él es uno de sus dirigentes, no solo estén relacionados con la desaparición o venta de centenares de recién nacidos durante décadas– desde principios de la dictadura de Franco hasta entrada la democracia- por el hecho de que organismos internacionales hayan expresado que “ha sido preocupante el descubrimiento en el 2011 en España que centenares de bebés fueron despojados de sus madres y vendidos por una red de médicos, sacerdotes y monjas” a otras familias, comparando el caso con el de las lavanderías de Magdalena, en Irlanda, donde entre 1922 y 1996 varios niños fueron sustraídos a mujeres que vivían en esos asilos en estado de semiesclavitud. Tampoco parece quitarle el sueño a su ilustrísima que la ONU haya demandado a la Iglesia que, al menos, facilite información sobre los bebés robados…ya no hay mucho que añadir sobre lo de castigar a sus responsables.

 

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