El 10 de noviembre, el pequeño Sebastion Johnson de 4 años, se cayó por un acantilado con más de 70 metros de profundidad, en California. El menor, que se encontraba de excursión familiar, con sus padres y su hermana de 7 años, tiraba piedras al mar, cuando resbaló y sucedió la caída. El niño ha logrado salir del coma inducido, aunque mantiene ciertos huesos fracturados y presenta heridas en la cabeza, según informa el medio ABC News.
Después de permanecer varios días en coma, la madre de Sebastion señalaba que “Se despertó por sí mismo. Abrió los ojos y empezó a mirar alrededor”. Los padres, que mantienen la esperanza de su recuperación, crearon un evento para recaudar fondos que les ayuden a sufragar los gastos del hospital.
No obstante, no es el único milagro de estas singularidades, que ha sucedido en las últimas horas en América. Un hombre sobrevivió a una caída de 11 pisos mientras ajustaba unos cables para deslizarse por la fachada de un rascacielos, en San Francisco, y efectuar su trabajo, limpiador de ventanas. El sujeto cayó sobre un coche en marcha y fue trasladado al centro sanitario. Los médicos informaron que su situación es “crítica pero estable”, señaló la cadena CBS.
