La pobreza, la ausencia de escolarización y la esclavitud son algunas de las características que definen a 168 millones de niños que trabajan para sobrevivir. De ellos, 85 millones ocupan funciones en puestos de peligrosidad, según alerta la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en una fecha destacada, el Día Mundial contra el Trabajo Infantil.
Con el título Medir los progresos en la lucha contra el trabajo infantil, señalan una caída en las cifras desde el año 2000, decayendo de los 246 millones a los 168. Las causas más comunes para que los menores se introduzcan en el trabajo, parte de problemas económicos, desempleo y por la situación familiar, véase las enfermedades de los progenitores.
Para erradicar la situación, la OIT apuesta por la escolarización, la mejora sanitaria, y la garantía de ingresos por desempleo, enfermedad, maternidad o edad. Destacan que las ayudas institucionales y las pensiones, ayudarían a crear un mundo infantil menos doloroso.
