El estado americano de Tennessee reinstaurará la muerte por electrocución en el momento que el país no logre obtener los compuestos necesarios para la inyección letal. En 2008, Nebrasca se consolidó como el último país americano en prohibir el uso de la silla eléctrica por considerar que su muerte lenta y dolorosa, era un castigo «cruel y excepcional«.
La utilización de la inyección cómo método para finalizar con la vida humana en las prisiones, ha sido duramente criticado por los fabricantes europeos de medicamentos, como demostró la compañía de Pentobarbital. En otros países han optado por emplear compuestos y crear sustitutivos, o apostar por elaboraciones extranjeras.
El gobernador de Tennessee, Bill Haslam, firmó esta semana el proyecto de ley para el uso de la silla eléctrica como futuro cercano en las ejecuciones. En algunos centros penitenciarios, los reclusos pueden seleccionar su método de muerte: la inyección, horca, fusilamiento o electrocución.
