La nueva forma de vender viviendas, extendida entre los bancos debido a la acumulación de los embargos, consiste en ofrecer pisos a un precio más económico con okupas en su interior. Se adquieren sin poder verlos y en la mayoría de los casos, el comprador es el encargado del trámite del desalojo.
Ante la acumulación de alojamientos, las entidades bancarias como Bankia ha colocado a la venta 300 viviendas con un 40% de descuento. En el portal inmobiliario de la entidad se advierte que están ocupadas y que el desalojo corresponde al comprador, añadiendo que el banco no se hace responsable del estado en el que se encuentre el inmueble.
La adquisición no dispone de visita para comprobar la vivienda antes de las compra. El contrato se efectúa a ciegas. Ni se dispone de imágenes, solamente del aliciente del módico precio. En las ofertas se encuentran además inmuebles tapiados, cuyo acceso está bloqueado y la entidad no está obligada a indemnizar por los defectos de la vivienda.
