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La cartera de Sonia Iglesias se encontró el día de su desaparición y no más tarde, como se había asegurado

Es uno de los datos que han trascendido de las declaraciones de varios testigos, este viernes ante el Juzgado de Instrucción Número 3 de Pontevedra, especializado en violencia de género, en relación a la investigación abierta en torno a la desaparición de Sonia Iglesias hace más de tres años.

La primera persona en pasar por sede judicial fue María Teresa, hermana del único imputado, el compañero sentimental de Sonia y padre de su hijo, Julio Araújo. Y a continuación lo hizo un primo de éste. Ambos fueron interrogados por la jueza en relación a unas llamadas telefónicas realizadas al teléfono fijo de la vivienda que compartían Sonia Iglesias y su pareja el día en que desapareció la joven.

Tras ellos fue el turno de la persona que encontró la cartera de la pontevedresa en el entorno del poblado de O Vao. Acudió acompañado de dos agentes de la Policía Nacional ya que se encuentra ingresado en prisión por motivos ajenos a este proceso. De su declaración trascendió que encontró la cartera el mismo día de su desaparición y no más tarde, como había informado anteriormente la Policía.

El último en comparecer fue el dueño del negocio de reparación de calzado donde Sonia dejó, el día de su desaparición, unos zapatos-“sobre las 10 y pico”, para que se los arreglasen. El hombre indicó que quedó en ir un día a recogerlos y se despidió, sin más, sin poder concretar si estaba o no nerviosa puesto que, aseguró, lo que habló con ella no le pareció suficiente como para percatarse de algo así.

Las de este viernes fueron las primeras citaciones de testigos que se llevan a cabo desde julio de 2012, momento en el que se produjo la declaración e imputación de Julio Araújo.

 

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