Se trata de uno de los cientos de casos de bebés robados de nuestro país en el que la Policía Nacional ha sido clave para su resolución y que se ha producido en Valencia.
Según fuentes policiales, acaba de esclarecerse el robo de una niña hace 49 años. Pese a que cuando nació la pequeña a la madre le dijeron que había fallecido, finalmente, no fue así.
Fue la propia hija la que interpuso la denuncia correspondiente por sospechar que podía haber sido sustraída en la clínica donde nació.
La investigación sobre esta historia de madre e hija separadas nada más nacer se remontan a octubre de 2011. La mujer sustraída acudió a la comisaría tras descubrir en la prensa a otra que sostenía que le habían robado a su bebé tras dar a luz, sospechando que ella también había sido robada.
Pese a lo complejo de las pesquisas, teniendo en cuenta que los hechos ocurrieron en 1964, afortunadamente, la Policía logró localizar unos archivos con documentación de interés en los que constaban fechas de entrada y salida de mujeres que en la época habían dado a luz en ese centro médico.
Una vez analizada toda la información, los investigadores obtuvieron un listado con más de 200 candidatas, por lo que trataron de localizar a todas y cada una de las madres que habían dado a luz en esa fecha. Así, localizaron a la madre biológica de la mujer, la cual mostró su gran sorpresa y alegría al conocer lo noticia.
Posteriormente se practicaron los correspondientes cotejos de ADN, que dieron como resultado la inequívoca correlación entre ambas mujeres como madre e hija, con lo que ambas pudieron reencontrarse.
Durante todos estos años la madre biológica estaba convencida de que el bebé, del que ni siquiera le confirmaron el sexo, había muerto en el parto. Además, el personal sanitario en ningún momento le enseñó cuerpo del bebé fallecido ni precisaron su lugar de inhumación.
