Feve, los popularmente conocidos como trenes de vía estrecha, podría vender, o solo ceder, a empresas privadas las gestión de sus trenes turísticos, entre ellos el Transcantábrico, poco menos que un hotel de cinco estrellas sobre railes, que realiza un viaje de ocho días entre Compostela y San Sebastián.
Esta operación sería una de las primeras consecuencias de la reforma ferroviaria, aprobada por el Gobierno este verano, en la que se fija como plazo hasta 2013 para abrir a la competencia el transporte de viajeros por tren en España. Curiosamente, estos dos trenes son unos de los que más aportan a Feve, exactamente el 15% de sus ingresos lo que supone, traducido a euros, casi 5,2 millones.
De acuerdo con dicha reforma, Feve desaparecerá como empresa a finales de este año, pasando a integrarse en Renfe los trenes y la plantilla que los explota, y a las infraestructuras ferroviarias serían absorbidas por ADIF.