Es el mensaje lanzado este martes por parte de la vicepresidenta de la Comisión y responsable de Justicia, Viviane Reding: «si Cataluña se independiza quedará fuera de la UE».
Es la respuesta salida de Bruselas a una carta enviada por parte del secretario de Estado de Asuntos Europeos, Íñigo Méndez de Vigo, quien pedía a la Comisión que se manifestara sobre la posible independencia de Cataluña y su impacto en la UE.
La posición oficial desde Bruselas sostiene que «cuando una parte del territorio de un Estado miembro deja de ser parte de ese Estado, por ejemplo porque el territorio se convierte en un Estado independiente, los Tratados ya no se le aplican».
Es decir, que una región independizada se convertiría, por el hecho de su independencia, «en un país tercero respecto a la Unión y los Tratados, desde el día de su independencia, ya no se aplicarían a su territorio».
Cataluña, como nuevo país, podría pedir la adhesión pero para ello necesita el acuerdo unánime de todos los Estados miembros.
Hace poco también el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, aseguraba que si Cataluña se declaraba independiente, la ciudadanía de la UE ya no se aplicaría a sus habitantes. «En el caso hipotético de una secesión de parte de un Estado miembro, la solución deberá encontrarse y negociarse en el marco del derecho internacional», agregó Durao.
