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Muere Antonio Meño, tras 23 años en coma por una negligencia médica

Antonio Meño y sus padres en una protesta ante el Congreso (foto colgada en http://antoniomeortega.blogspot.com.es/blog)

Antonio Meño, el varón que quedó en coma por una negligencia médica tras una intervención quirúrgica hace ahora 23 años, falleció en la tarde del domingo en un hospital de Móstoles (Madrid), así lo confirmó este martes su madre.

Tanto Meño como sus padres estuvieron acampados hace dos años durante un total de 522 días frente al Ministerio de Justicia para exigir que se reabriera su caso, después de que, precisamente, la Justicia se volviera en su contra y condenara a la familia a pagar los 400.000€ de las costas de un juicio demasiado largo.

Meño quedó en coma vegetativo cuando tenía 21 años, en 1989, tras someterse a una rinoplastia en la Clínica Nuestra Señora de América de Madrid, entidad que quedó absuelta tras los juicios iniciados por sus padres.

Su familia, que agotó la vía penal y civil para pedir una indemnización, fue condenada en 2009 por el Tribunal Supremo a pagar esos 400.000€ citados, lo que les supuso el embargo de su vivienda, aunque finalmente su abogado logró que el Alto Tribunal paralizara la notificación, a través de un incidente de nulidad. En la primera sentencia de 1993, la Justicia obligó a la aseguradora a indemnizar a Antonio Meño con más de un millón de euros, pero tanto el juzgado de Primera Instancia número 11 de Madrid como la Audiencia de Madrid, así como el Tribunal Supremo rechazaron las demandas de la familia y concluyeron que no existió negligencia médica.

Tras esta decisión, los padres de Meño instalaron en 2009  su ‘campamento’ en la madrileña plaza Jacinto Benavente de Madrid para reclamar una salida digna a la situación de su hijo.

El caso dio un giro total cuando Ignacio Frade, uno de los cirujanos que había presenciado la operación de Meño y ajeno a la situación por la que atravesaba la familia, pasó por delante de la tienda instalada frente al ministerio, se informó de lo sucedido y se ofreció a declarar.

El 17 de noviembre de 2010, el Tribunal Supremo admitió la demanda de revisión presentada por la familia y anuló las sentencias dictadas anteriormente.

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