La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), institución que ni vio llegar la crisis, no ha propuesto medida alguna que haya funcionado para salir de ella, apuesta por la reducción de las coberturas sociales, el recorte de las pensiones, el aumento de la edad de jubilación, la reducción de la cobertura sanitaria pública y el dejar actuar a los mercados, quiere estar presente en la toma de decisiones de la Unión Europea y el Banco Central Europeo (BCE), con respecto a la compra de bonos de deuda pública.
Así lo ha asegurado su directora, Christine Lagarde, durante su intervención en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), advirtiendo, “al FMI no le gusta especialmente hacer de supervisor sin haber participado activamente en el diseño de un programa”. Por ello, el Fondo, cuyas recomendaciones fueron desoídas en su día por países que hoy crecen por encima de la media mundial, como Brasil o la India, quiere involucrarse , de manera importante, en las condiciones que deban cumplir los estados de la UE que acudan al fondo de ayuda, rescate, de la Unión Europea.
Sobre Italia y España, Lagarde ha alabado las “firmes” decisiones adoptadas en los últimos meses por los gobiernos de ambos países y, en relación con las medidas tomadas por la Unión ha recalcado que “allanan el camino”, pero que deben tomarse “coordinadamente”.
