Eso es lo que asegura el cardenal arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española en una carta que ha hecho pública coincidiendo con el Corpus. Rouco Varela indica que hace años que padecemos una crisis “cuyos efectos devastadores no han dejado de crecer”, en especial en lo que se refiere a los miles de ciudadanos que han perdido su trabajo, “con las graves consecuencias que afectan a tantas familias cuya situación de penuria está siendo, en muchos casos, dramática”.
Pero el cardenal cree que la crisis no es solo económica o financiera sino que “también estamos padeciendo una profunda crisis moral y de valores. Se idolatra el confort, el bienestar, el dinero y el placer, introduciéndose hondamente en el modo de vida establecido y se rechaza al Dios verdadero. Esta es la raíz fundamental de todos nuestros males”, afirma para indicar cual es el camino para salir de esta situación, “convertirnos y volver nuestra vida a Dios, el origen de todo bien”.
En su opinión, “es el amor de Dios el que impulsa a vivir amando y sirviendo, y con él, se recibe la gracia para construir una sociedad más justa y fraterna, austera y solidaria, apartándonos de la codicia, la acumulación de bienes y el enriquecimiento rápido”.
